Una verdadera Caja de Pandora es la hoja de
vida de Edgardo Escobar Porras, el “dirigente” de los profesores en Pasco que
pretendió sorprender a las autoridades del Ministerio de Trabajo para inscribir
a la Federación Nacional de Educadores del Perú (FENDEP), un gremio de
tenebrosas vinculaciones con Sendero
Luminoso.
A lo largo de su serpenteante existencia,
Escobar Porras ha mostrado un curioso don de ubicuidad para sacar el máximo
provecho personal. Ha cambiado de camiseta
política en múltiples oportunidades sin la menor vergüenza. Más que gente,
parece un camaleón, con el perdón de los camaleones.
Fue fujimorista, toledista, acciopopulista,
nacionalista y hasta estuvo en Alianza para el Progreso. Y no sería nada raro
que en esta época electoral ya se haya subido al coche de algún movimiento
político regional o nacional. Habilidad para la mutación tiene, sin duda.
De hecho, tuvo vinculaciones con el gobierno
regional de Félix Rivera y hasta recibió un celular (Samsung Nro. 063-9928114 con código 1005450800) a cambio de ciertos
favores, pero después le dio la espalda con todo desparpajo y desde el Frente
de Defensa de los Intereses de Pasco, promovió en el 2008 la vacancia del
presidente de Pasco. ¡Qué tal lealtad, ¿no?!
Pero las andanzas de este sujeto de marras no
podían quedar allí. Fiel a su camaleónica personalidad, se subió al coche de Kléver
Meléndez, el ahora encarcelado presidente regional de Pasco que está acusado de
haber recibido una coima de 100 mil dólares, entre otros actos de corrupción.
Y, por supuesto, Porras sacó provecho desde sus vínculos con el poder de turno,
recibiendo apoyo económico por debajo de la mesa. Tremendo sinvergüenza.
Escobar Porras participó en varios comités de
adquisiciones durante la gestión del fugitivo Kléver Meléndez. Estuvo en la
compra de buzos y lap tops, que, dicho sea de paso, fue descaradamente sobrevaluada y motivó serias denuncias de
parte de los docentes pasqueños. Pero, lejos de defender a los profesores como
corresponde a un verdadero dirigente magisterial, este sacó la cara por el
gobierno regional a través de los medios de comunicación. ¿A cambio de qué? Es
fácil imaginar.
Es conocido que Kléver Meléndez acostumbraba dar
concesiones de obras públicas a sus allegados. Entonces, no sería casualidad
que don Edgardo Escobar Porras sea gerente general de una empresa constructora
de edificios. ¿Por qué y para qué un profesor tendría un extraño cargo tan
alejado de sus actividades de docente? ¿No será que recibió algún otro
favorcito del reo ausente Kléver Meléndez? No es mala idea investigar a esta
empresa. Alguna sorpresita se puede encontrar.
La
cereza de la torta en la sinuosa vida de este avivado personaje que funge de
dirigente de los maestros, surgió en el 2012 cuando participó en el congreso
del seudo gremio docente llamado CONARE, ampliamente conocido por sus vínculos
con el senderismo. En plena huelga se paseó por Lima acompañado de los conocidos
pro senderistas Zenón Pantoja Fernández, Efraín Condori Ramos y Edy Camones Gonzáles
y hasta compartieron alojamiento. Luego
vendría la aventura para formar FENDEP, un nuevo organismo de fachada del
senderismo. ¡Qué tal hoja de vida! Y allá los tontos útiles que caen en su
juego.